top of page

Rabia contenida | ¿Qué es? ¿Qué hacer?


La rabia es una emoción que podemos llegar a sentir en ciertos momentos concretos de nuestra vida al sentirnos atacados por algo o alguien de manera directa o indirecta. Como toda emoción, la rabia tiene una función y un sentido, como casi todo lo que ocurre en el ser humano. La rabia que no exteriorizamos, aquella que no convertimos en una energía de cambio de esas circunstancias y/o acciones que nos hacen sentirla, se convierte en una rabia contenida.

¿Qué hacer en estos casos? Primeramente localizar el foco de eso que nos provoca la rabia (por ejemplo: "alguien que no nos hace suficiente caso"); paso seguido preguntarnos si eso puede ser tomado en perspectiva de otra manera diferente a la que lo hacemos actualmente ("quizás estoy forzando algo que debería de salir solo y no exigirlo a este nivel").

Tras eso, realizar acciones diferentes enfocados a dejar salir esa presión acumulada por la rabia contenida en forma de actividades que nos reporten sensaciones y satisfacciones o que, simplemente tengan un sentido de importancia para nosotros en nuestra vida o lo hayan tenido en algún momento pasado (por ejemplo: "voy a dar un paseo por la orilla de la playa descalzo mientras escucho los sonidos del mar al atardecer"). Tras este proceso de reflexión y de actividad alternativa a la que antes realizábamos sin éxito llegaremos a conclusiones diferentes sobre la cuestión que nos hace sentir esa rabia contenida (por ejemplo: "llamar por teléfono reiteradamente para reclamar la atención de esa persona"). Y hay más para dejar ir esa Rabia contenida que nos aprisiona dentro de nuestra mente y que parece que nos empuja a hacer, pensar y decir cosas movidas por esa presión que nos aprieta el pecho y la cabeza. No, no hay porqué dejarse ir por esa Rabia contenida; es más, no lo recomendaría a menos que de ello dependiera tu vida, tu supervivencia. No es raro ver a pequeños emperadores (niños, adolescentes o personas crecidas ya) que hacen de la expresión de sus frustraciones y rabietas un caos en el mundo que le rodea. No queremos ser pasto de que nuestra pareja, hijo, vecino, amigo y compañero nos haga sufrir la caída de una ira implacable de la que estamos convencidos que no merecemos en tal medida. Hay una vertiente de la filosofía y la psicología muy enfocada en la expresión emocional (casi sin miramientos de a quién ni cómo lo hacemos) que parece que nos premia por “soltar” la emoción que sea la que estemos sintiendo sin ni siquiera pestañear ni reflexionar. Parece que promover el dejar fluir nuestra rabia contenida nos va a hacer alejar aquello que nos fastidia y nos molesta hasta tal punto de sentirnos aliviados, así sin más consecuencia que la de sentirnos aliviados por ello pues...si algo me molesta, lo suelto y “así soy yo”. Esto está alejado de la realidad en la que vivimos y convivimos: cargada de responsabilidades de nuestros actos y palabras. Cargada también de cuidar lo que pensamos para cuidar la opinión y respeto que nos tenemos a nosotros mismos. Vivimos ahora en un mundo menos cargado en el peso de las palabras que decimos y más en las acciones que hacemos. Unas palabras de “perdón” tras una reacción desbocada: es una buena respuesta tras la “tragedia”; aunque lo mejor será siempre (y sin duda alguna) no dejarnos llevar por nuestros propios demonios.

Un “lo siento” amaina el temporal, pero no repara el daño hecho.

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page